Es una opinión cazada en algún twitter al hilo del lanzamiento de las primeras imágenes de Adrianne Pallicki en la piel de la superheroína del cómic, a la que encarnará en una serie para la NBC estadounidense (ojo: con Liz Hurley en el papel de villana).
Y, aunque 'Wondie' podría parecer un personaje un poco anacrónico (poco aconflictada para lo que se lleva en la actualidad), resulta que en la red había una legión de forofos dispuestos a diseccionar el nuevo trabajo de 'atrezzo'. "Es inconcebible que las botas no sean rojas", cuenta otro fan.
Vayamos a la foto: lo más importante es que, de pronto, Wonder Woman lleva pantalón largo. Azul brillante, sin estrellas, entallado, no iba a ser menos... Sexy pero sin un centímetro de piel que llevarse a los ojos. Más arriba, el corpiño, la melena azabache y los complemetos (tiara, pulseras...) son los reglamentarios. Más abajo, la otra novedad ya reseñada: botas altas de tacón con motivos dorados. Hasta ahora, Wonder Woman siempre había llevado zapatos rojos.
O sea, que la televisión ha querido rebajar un poco el aliciente erótico que siempre tuvo la elegida por Afrodita para llevar la justicia a la Tierra. Si se tiene en cuenta que, hace 37 años, ocurrió justo lo contrario, es una tentación ponerse sentencioso, hablar del conservadurismo de nuestra época, etcétera.
Mejor dejarlo. La Wonder Woman de 1974, rediseñada para una serie de la NBC y encarnada por la actriz Lynda Carter, representa el molde de lo que entendemos habitualmente por WW. Más musculosa, más fibrosa, más desafiante, menos 'Mad men'; y, al mismo tiempo, más ceñida: el corpiño de escote gaulteriano, los 'miishorts' muy arriba (en los 40, el personaje nació con faldas a medio muslo; después se pusó unos calzones de atleta); las botas (antes, había llevado sandalias romanas), el pelazo...
O sea, una Wonder Woman muy sexy pero muy feminista, nada sumisa. Muy moderna y muy fiel al espíritu original del personaje.
En las siguientes décadas, el personaje acentuó su lado carnal. En 1994, el 'minishort' se convirtió en tanga y en 2008, llegó a aparecer en la portada de 'Playboy'. Ahora, sus jefes, arrepentidos, la tapan un poco.
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