Franc Kramberger, exarzobispo de la archidiócesis eslovena de Maribor (820.000 habitantes, el 80% católicos, y 143 parroquias), es a la vez un hombre de fe y un emprendedor. En dos décadas levantó un imperio mediático y tecnológico, y no dudó en emitir películas pornográficas en la televisión local T-2, donde era accionista de referencia, para competir en el duro mundo del capitalismo salvaje. Eso era en 2007. El 3 de febrero pasado, Kramberger fue invitado a dimitir por la Conferencia Episcopal de Eslovenia a causa de los desmanes financieros cometidos durante sus 30 años de gestión.
Una visita apostólica (inspección) ordenada por el papa Benedicto XVI en 2010 ha confirmado las peores sospechas. El pujante grupo empresarial creado por el exobispo de Maribor y su execónomo, Mirko Krasovec, está cerca de la quiebra. Los cálculos del inspector vaticano afirman que el agujero asciende a cientos de millones de euros, seguramente más de 800, una cifra equivalente al 2% del PIB esloveno y tres veces superior a los ingresos anuales del Vaticano (250 millones en 2009). Además de la ruina de imagen, 30.000 inversores que confiaron en los divinos contactos de Kramberger y Krasovec podrían perder todos sus ahorros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario