Michèle Picard, alcaldesa comunista de Vénissieux, en el este de Francia, denunció a la empresa 'Sensual Clean Service', que oferta a mujeres jóvenes para limpiar casas en ropa interior, porque supone un "grave atentado contra la dignidad humana", informó este sábado la edición digital del diario La Dépêche.
La empresa pone a disposición del cliente, para una limpieza del hogar "irreprochable", un abanico de mujeres con cuerpos "esculturales", equipadas con un plumero "y toda su sensualidad", a un precio que oscila entre 95 y 150 euros por hora.
La web todavía sigue activa pero desde el pasado jueves no ofrece los polémicos servicios de esas particulares empleadas del hogar, por decisión de su fundador, Johan Blazy, de 29 años.
"Prefiero pararlo todo antes que entrar en el juego de los políticos que buscan darse publicidad a mi costa", argumentó el empresario en declaraciones a la prensa.
Blazy aseguró que no es un "proxeneta" y argumenta que su empresa solo ofrece servicios que "combinan la limpieza con lo visual", entendido como un "divertimento".
Críticas de asociaciones feministas
Desde que se conoció la polémica web, que ofrece profesionales dispuestas a limpiar el polvo, pasar la aspiradora, fregar el suelo o hacer la cama, todos ellos con una vestimenta ligera pensada para "hacer realidad las fantasías" de los clientes, numerosas asociaciones han criticado la iniciativa empresarial.
La portavoz de la organización Osez le féminisme (Osad el feminismo), Caroline De Haas, explicó que la página "simboliza el gran problema de la sociedad sobre la sexualidad y el cuerpo".
De Haas lamentó que la empresa ponga el cuerpo de jóvenes chicas "a disposición de los hombres para satisfacer su libido", y criticó la diferenciación de la sexualidad por parte de la sociedad que hace que las mujeres "nunca son sujeto, sino objeto" de deseo.
Blazy también se dice dispuesto a acudir a los tribunales porque se le ha tratado de "proxeneta" por asociaciones que ni siquiera han recabado la opinión de las mujeres que oferta su empresa.
"Es difícil para mi familia. No quiero que se me quede pegada esa etiqueta. Para los políticos es entretenido, pero no piensan que detrás hay un ser humano", declaró el empresario a La Dépêche".
En su página web se puede leer un mensaje en el que la empresa asegura que "no aceptará convertirse en el instrumento de ciertos cargos electos o asociaciones que juegan con la moral y la instrumentalizan para promover sus intereses partidistas o simplemente para hacer carrera".
"En ningún caso se ha pretendido degradar la imagen de la mujer y explotarla", agrega el texto, que reitera que se trata solo de un "aspecto lúdico, del mismo modo que existen empresas que ofrecen servicios de 'striptease'".
Blazy asegura que vivimos "en una sociedad donde el discurso público está profundamente corrompido".
Fuente: 20 minutos.
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