El Festival Internacional de Cine de Toronto ha prestado este año especial atención a la "histeria", primero con el film de David Cronenberg A Dangerous Method y el jueves con Hysteria, una comedia sobre la represión sexual de la época victoriana.
Si el realizador canadiense prefirió tratar la histeria desde un punto de vista psicológico, como un drama interpretado por Viggo Mortensen, Michael Fassbender y Keira Knightley, la directora Tanya Wexler ha optado por otro triángulo, pero en clave de comedia, con Hugh Dancy, Maggie Gyllenhaal y Jonathan Pryce.
Si el realizador canadiense prefirió tratar la histeria desde un punto de vista psicológico, como un drama interpretado por Viggo Mortensen, Michael Fassbender y Keira Knightley, la directora Tanya Wexler ha optado por otro triángulo, pero en clave de comedia, con Hugh Dancy, Maggie Gyllenhaal y Jonathan Pryce.
En su caso, Wexler se apoya en la historia real de la invención a finales del siglo XIX, en plena época victoriana, del vibrador por parte del doctor Mortimer Granville (Dancy) como parte de la terapia para tratar la "histeria".
Como explicó Dancy, los aspectos más cómicos y a la vez los más escandalosos, proceden precisamente de la seriedad
con la que el estamento médico consideraba la histeria como una
condición femenina. "Más allá de los vibradores, es la premisa del filme
el hecho de que estos doctores estaban diagnosticando, sin ningún tipo
de ironía, esta condición (histeria) que no existía. Y sin considerar
que podía haber algo sexual. Lo que es escandaloso" dijo Dancy. Durante siglos, pero especialmente en el siglo XIX, los doctores diagnosticaron y trataron la llamada "histeria femenina", una condición emocional que se vinculaba con el útero y ha sido descartada por la medicina.
En la época victoriana, algunos doctores, entre ellos el especialista en "medicina femenina" Robert Dalrymple (Jonathan Pryce), practicaban a las pacientes que se creía que padecían histeria, un masaje manual en la zona pélvica que provocaba el orgasmo aunque los doctores nunca lo asociaban con la sexualidad.
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